Los tucumanos decimos “Casa” y ya sabemos de qué estamos hablando. Es la más amada. La que nos pertenece. Es Histórica. Es de la Independencia. Nos enorgullece, nos proporciona identidad. Es sinónimo de Tucumán. Nos recuerda que en esta tierra el país profirió el más inolvidable grito de libertad.
En el imaginario nacional, guardada como “casita de Tucumán”, su proyección nace en la escuela. No hay niño que no la haya dibujado, pintado, reproducido con acuarelas o crayones, con plastilina o con cartones. Es blanca y de puertas azules; por más que en las aulas durante décadas se la haya plasmado amarilla y con puertas verdes. Así funcionan los dispositivos culturales.
Y mucho de todo esto se debe a una foto. La sacó Ángel Paganelli en 1869 y es el único registro de la fachada original. Sirvió para reconstruir la Casa en la década del 40, pero sobre todo para instalar en el corazón de los argentinos una imagen emblemática. La foto de Paganelli fue el disparador de una simbología nacional. A la Casa Histórica todos la conocen, la admiran y la respetan.
El poder de la fotografía disparó esta propuesta de LA GACETA. Iniciamos entonces una recorrida por la provincia, a la “caza” de Casas Históricas repartidas por nuestra geografía. Búsqueda que muy pronto se extendió al resto del país. El resultado fue sorprendente y emocionante. A la vez, encontramos múltiples miradas sobre el solar de la calle Congreso, imágenes únicas por su precisión y creatividad, que bien merecen su propio espacio.
Disfrutemos entonces de este paseo visual, acompañado por datos históricos imprescindibles y por el análisis de los protagonistas: los fotógrafos, herederos de Don Ángel Paganelli. El hombre con el que todo comenzó.
Te invitamos a recorrer esta producción especial de LA GACETA a través de las siguientes notas. Para acceder a ellas solo hacé clic en cada foto.